Incontinencia en ancianos: Qué es y cómo gestionarla

Incontinencia en ancianos: Qué es y cómo gestionarla

Según datos arrojados por el Observatorio Nacional de la Incontinencia se estima que la incontinencia en ancianos afecta a entre el 14% y el 29% de los mayores de 65, cifra que alcanzará hasta el 50% en los mayores de 85 años. Adaptarse a esta afección supondrá un reto para la persona mayor y dependerá en gran medida de la manera en que la gestione el cuidador. Por ello, desde Club de Cuidadores te traemos las claves para que lidies con este problema de la manera más eficaz posible.

¿Qué es la incontinencia en personas mayores?

La incontinencia urinaria consiste en la perdida involuntaria de orina por parte de la persona. Al no tener control sobre la misma, podrá darse en cualquier momento y lugar, lo cual causa un enorme grado de incomodidad a la persona. Aunque lo más habitual es que la incontinencia en ancianos no sea un problema grave y no trascienda de las molestias que causa, es recomendable que sea revisada por un médico para asegurarnos de que no se trata de un síntoma de un problema más grave como, por ejemplo, la esclerosis múltiple.

Por otro lado, también podría indicar un problema en el sistema nervioso, en la próstata o el suelo pélvico o incluso en el conducto urinario. En este último caso, la aplicación de un tratamiento adecuado podría ponerle solución, al igual que en algunos otros. Es por ello que, lo ideal será no ocultarlo y consultar a un médico para hallar posibles soluciones que se puedan aplicar al caso concreto de la persona mayor a tu cuidado.

¿Cuáles son las causas de la incontinencia en los mayores?

Contener la orina es posible gracias a la acción coordinada de la vejiga y la uretra. Dicha acción coordinada se aprende durante la infancia y se ve afectada cuando la uretra no puede aguantar la presión ejercida por la orina que contiene la vejiga. En este caso es cuando se producirán las pérdidas y se dará la incontinencia en ancianos. No obstante, y contrario a la creencia popular, la incontinencia no es solo cosa de ancianos. Es decir, no es producida por el proceso de envejecimiento, pues para que se dé tendrán que ocurrir determinados factores. De ahí que también pueda afectar a personas más jóvenes.

Entre los principales factores de la incontinencia en ancianos encontramos que la persona tenga un deterioro cognitivo que le impida percibir las señales de que necesita miccionar, que tenga algún problema en la vejiga o en la uretra o problemas en la movilidad o de acceso al baño.

El pudor, uno de los mayores problemas

Uno de los mayores problemas relacionados con la incontinencia en ancianos es el pudor con el que lo viven. En casos en los que se une al deterioro cognitivo puede no darse tanto esta situación, pero aun así es aconsejable saber gestionarla a nivel emocional. La persona en muchas ocasiones tenderá a negarlo o a restarle importancia, pensando que se trata de un problema pasajero. Como hemos visto, esto es posible, aunque también lo es que el problema pase a ser crónico.

En cualquier caso, lo que empezará siendo un problema de pudor podrá pasar a tener un mayor calado a nivel psicológico y emocional si no se aborda a tiempo y de la forma adecuada. Un sentimiento de vergüenza puede ir escalando y desembocar en impotencia y pérdida de autoestima y de las propias capacidades, lo cual puede llevar a situaciones de depresión y ansiedad.

Por tanto, lo mejor desde un inicio será tratar el tema de la incontinencia con naturalidad, sin darle excesiva importancia, pero incidiendo en los aspectos que podrían mejorarse. La clave, en ese sentido, es centrarse más en posibles soluciones que en el problema en sí.

Como gestionar la incontinencia

Como hemos comentado, en algunos casos tendrá tratamiento y el problema será pasajero. Sin embargo, en caso de incontinencia crónica deberemos tomar algunas medidas. Una de las principales será el uso de absorbentes si no se llega a tiempo al baño. Existe una amplia variedad de ellos en el mercado y además de resultar cómodos de usar tienen otras ventajas añadidas. Por ejemplo, su uso regular previene infecciones y problemas de la piel y la mucosa genital.

Por otro lado, es aconsejable que la persona mayor se mantenga en buena forma física. Además, los ejercicios enfocados a intentar contener la orina ayudarán especialmente, por lo que es recomendable incluirlos en la rutina diaria. No obstante, es importante que si tiene ganas de miccionar no aguante demasiado pues es más probable que se produzca un escape.

Por último, y referido al apartado psicológico y emocional habrá que normalizar el problema. Lo ideal es manifestar a la persona que es un problema muy común y que tenemos herramientas para gestionarlo. Para este punto, es recomendable que se explique en qué consiste la incontinencia en ancianos y por qué se produce. Es importante que no se obsesione con el tema y que se quede con la idea de que será necesario adaptarse a ello, pero que no le supondrá un gran cambio ni en su vida ni en sus rutinas.

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